CAZORLA. "NUESTRO PREMIO"

Cazorla

Sierra de Cazorla: Poyos de la Mesa

Cazorla no ha salido al encuentro de la Sierra, como tales y tales pueblecitos monos de otras sierras, de profesión Veraniegos. Esos pueblecitos que vemos, por ejemplo, en las estribaciones de Guadarrama, dan la sensación de haber sido puestos allí ¡y vaya si han sido puestos! por un Negociado cualquiera. Parecen casi portátiles; parecen casi recortables ¿Y si un día alguien los desarma y se los lleva a otro sitio, a otra carretera, a otra estribación, a otro bosque de pinos? Casi parece que va a suceder eso el año menos pensado.

Cazorla: Vista panorámica

Sierra de Cazorla: Camino de los Muertos

Cazorla no, porque Cazorla lleva la Sierra sobre sus espaldas desde mucho antes de que el Turismo diese muestras de veleidades serranas. Y, si apuramos, desde mucho antes de que los pintores investigasen el “paisaje”. Las bodas de Cazorla con su Sierra se pierden, no en una “oscura noche de los tiempos”, sino en un claro amanecer de presencias históricas. (Pero no vamos a hacer Historia, que doctores tiene la Iglesia y Medardos Láinez tiene Cazorla).

Cazorla: Iglesia del Carmen

Sierra de Cazorla: Río Borosa

Bodas hemos escrito y, siquiera por una vez, hemos escrito bien. Porque, ¿no es eso? Cazorla se casó en matrimonio insoluble con su Sierra. No es que se enamorara efímeramente de ella para el coqueteo intranscendente e hipodérmico. Para eso, los pueblos recortables. Lo que Cazorla hizo fue casarse: casarse con todas las consecuencias. Y asegurar la Sierra a su vera, como una esposa entrañable, buena para ser vista por todos, pero jamás conocida por nadie.

Vista de Cazorla

Sierra de Cazorla: Castillo de Salvatierra

Porque el conocimiento radical de la Sierra de Cazorla, solo a Cazorla corresponde…Yo le decía hace dos años a Luis Cano, después de una excursión al Puente de las Herrerías: -Es preciosa la Sierra. –Tú no la conoces…me respondió Luis Cano. Y es que los cazorleños saben que su Sierra solo para ellos guarda el encanto de sus mejores secretos; porque ellos exclusivamente saben desvelar, en sacra intimidad de enamorados, el último temblor inaccesible de cada breña, de cada barranco, de cada eminencia, de cada escondido paraje.

Cazorla: Escondido paisaje

Sierra de Cazorla: desde Montesión

Y claro está que este matrimonio ha impreso carácter. Se nota enseguida que Cazorla tiene la apacible serenidad de unas bien consumidas nupcias. Los cazorleños, disfrutan de la Sierra; no la ansían en frenético, histérico, deseo. La Naturaleza y ella – Cazorla – se tienen mutuamente, siempre. Se solaza la Ciudad en el paisaje, sin prisa y sin nervios, en sazonada plenitud segura. Los cazorleños no son románticos: son clásicos ¡Qué diferencia entre Cazorla y aquellas otras grandes ciudades del cemento y del asfalto para quienes la naturaleza no es sino una novia lejana, inasequible!

Cazorla y sus torres

Sierra de Cazorla: Laguna de Valdeazores

¿No son esas ciudades del cemento y del asfalto las que, para el devaneo intranscendente, plantan pueblos recortables en las estribaciones próximas? Gozan de todos los lujos, pero carecen del mejor: tener la naturaleza por esposa. Privilegio de pocos. Privilegio de Cazorla.

Cazorla: Naturaleza por esposa

Sierra de Cazorla: Desde los Merenderos

Y…casadas Cazorla y su Sierra, todo el ámbito cazorleño tiene un aire de familia, de hogar. Hogar confortable y un poco escondido. Un poco escondido como cualquier hogar que se precie. Amigos cazorleños: por mucho que prolonguéis vuestra carrera de la Sierra, ella será siempre solo vuestra. Y vuestra ciudad por mucho que el Turismo intente favorecerla será ante todo, un hogar. Es vuestro premio.

Escrito por Juan Pasquau
Cazorla 1957