Datos Históricos del Castillo de Cazorla (IV)


IV. Elementos decorativos

Vista desde el camino de San Isicio

Decía Mariano Segura que el Castillo “no se encuentran delicadas bellezas arquitectónicas, ni hay en él, considerándolo con relación al arte, otra cosa que admirar que su fuerte y sólida construcción”. Y ello es bastante cierto, pues en él no se registra la riqueza arquitectónica, bellamente conjuntada, de tantos otros castillos españoles, el de la Mota por ejemplo, o el mismo de Sabiote, inmediato a estos lugares, pese a su estado ruinoso.


Ventana de la torre del Homenaje

La fortaleza cazorleña fue pensada, exclusivamente, para base de alardes y refugio de defensa de forzados guerreros vestidos con recias cotas de mallas y cubiertos con pesadas armaduras, caballeros en forzudos rocines de guerra; y no fue concebida como palacio del señor feudal o pequeña corte de monarca medieval. Tal vez fue tan sobria su construcción, porque estimara el artífice que la construyera que, para el Castillo, la belleza se aportaba por la topografía de su emplazamiento, por el paisaje que la circunda, por la geografía en que se integra.

Escaleras

Más a pesar de ello, una observación detenida de la construcción nos revelará cierto primor y cuidado en algunos de sus elementos: de sus bóvedas, nos es desconocida, pero la creemos de medio cañón, la que cubre la mazmorra y sirve de piso a la estancia baja; es de medio cañón la techumbre de esta planta y piso de la siguiente, y la que cubre la última estancia y sirve de piso al “patio de armas”, es de crucería, y tan magníficamente ensamblada, que a pesar del tiempo transcurrido permanece inalterable, superando una gotera inmemorial, que va creando, junto a un arco, caprichosas estalactitas y estalagmitas.

Torre del Homenaje

Los nervios de esta última bóveda de crucería están tratados con cierto gusto artístico: sus aristas, no muy pronunciadas, alternan con superficies ligeramente curvas, terminando dos de ellos en semiconos invertidos, otro en un morrón almohadillado, y el cuarto en una piña labrada; todos se cruzan en el centro, bajo un gran florón de relieve. Los arcos de la edificación son todos apuntados, respondiendo a la técnica que utilizaba para estos elementos constructivos el arte gótico, imperante por la época del pontificado de don Pedro Tenorio.

Sala de armas

Las gárgolas de tres de sus fachadas –menos la del sudeste- y las troneras de las estancias inferiores carecen de todo adorno artístico, cubriendo a estas una piedra-dintel perforada que le sirve de remate. Los ventanales de la estancia superior son muy bellos, lo que, juntamente con el decorado de los nervios de su bóveda a que antes hemos aludido, nos hace pensar que el destino de esta dependencia fuera esencialmente para los actos solemnes y ceremoniosos, como “rendir pleito-homenaje” a los nuevos Adelantados, recibir embajadas, etc.

Ventanales

Algunos de estos ventanales están reforzados en sus jambas, sobre dinteles y arcos de descarga, por posteriores obras de ladrillos, que creemos de la época de Sandoval y Rojas por su semejanza con las obras de consolidación de la puerta norte de la segunda muralla a que después aludiremos. Estos ventanales están colocados perforando el muro con bóvedas apuntadas y abocinadas hacia fuera.

Armadura

Tres de estos ventanales tienen también sendos parteluces, dos de piedra caliza y uno de granito y todos ellos de bellísima factura: el de la fachada noroeste, el más bello, apea sobre una basa románica, tiene su fuste blanco ligeramente estriado en espiral, y termina con un capitel historiado, de sección inferior octogonal y superior cuadrada; sus esquinas están achaflanadas por hojas de cardos y motivos vegetales estilizados; sus caras laterales y externas decoradas por piñas también estilizadas, y en la interna una cabeza coronada de puro sabor románico; parece obra de transición del románico, por sus detalles, al gótico por su esbeltez.

Mobiliario museístico

El parteluz de la fachada sudoeste varía de la anterior en que el fuste está ligeramente estriado en sentido vertical, y el capitel es una semiesfera invertida, cubierta por un casquete cuadrado con goteras en las esquinas y fina moldura románica en su rededor. El capitel del tercer parteluz, el de la fachada noreste, ofrece la particularidad de estar decorado con hojas triglifadas.

Detalle torre del Homenaje

En cuanto a las puertas, la del muro exterior que mira a la Hoz del Cerezuelo, hacia el sudeste, que se conserva en buen estado, es, como todas, de bóveda apuntada, con adaptaciones para su defensa interior y bellísimas perspectivas a contraluz. La de la entrada a la Torre del Homenaje -2 m. de altura por i m. de ancha, comenzando el arco a 1,40 m. del pavimento, y con encuadramiento posterior de ladrillos- la de la escalera y la de la estancia superior, tiene gonces de piedra sobre los que habrían de girar los portones. Y es curioso anotar que en la jamba izquierda de la puerta de entrada a la torre, hay esculpido un pequeño lagarto, quizás de supersticiosa interpretación.

Salón para actos solemnes y ceremoniosos

Nada especial digno de mención tienen las distintas puertas de la fortaleza; una de entrada hacia el sur, otra comunicando la estancia cubierta con el recinto interior de defensa, otra que comunica este recinto con el recinto medio y otra que da paso del recinto medio a la estancia de guardia junto a la puerta norte. No conocemos, por estar ocultas por moderna construcción, las del muro exterior que miran hacia el noreste, que debió ser la principal, y la otra hacia el noroeste, sobre el camino de San Isicio.

Mobiliario museístico

En cambio la puerta más bella es la del segundo muro orientada al norte, hoy principal de entrada a la fortaleza. Está en un paramento cimentado sobre la roca viva, flanqueado por un acantilado también de peña, construido de mampostería y encuadrada por sillares. Se asciende a ella por tres escalones rudimentarios. Su jamba izquierda es de sillares, la derecha reconstruida de ladrillos; tiene un primer arco apuntado de ladrillos, que remata en herradura por abajo, lo que nos hace pensar en su origen árabe, o cuanto menos mudéjar de primera época; este arco está reforzado por su extradós con paramento parcial de sillería y amparado por otro segundo arco de descarga, de ladrillos, y de medio punto rebajado.

Ventanales

Sobre esta puerta hay un escudo, y la existencia de este escudo, junto a la obra de reconstrucción y refuerzo de ladrillos, dan base para creer que todos estos refuerzos similares, en distintos puntos de la fortaleza, sean de fecha del escudo en cuestión. Tal escudo, maravillosamente esculpido, es de Sandoval y Rojas, bajo el cápelo cardenalicio y entre las borlas arzobispales, la doble cruz prelacial, y sobre cartela barroca un escudo español, no eclesiástico con las armas del purpurado. Debajo la fecha en que don Bernardo volvió a tomar posesión del Adelantamiento, de hecho y pleno derecho, después de transigir, muy a favor de la Mitra, el ruidoso y largo pleito que ésta tuvo con la casa de los Camarasas sobre el Adelantamiento: 1606

Detalle de puerta interior

También hay otros dos escudos en la Torre del Homenaje, ambos de forma española, uno terciado en banda, cuyos campos no se adivinan en la piedra, y otro cortado, con una media luna invertida en –jefe-. Estos dos escudos aparecen repetidos por parejas en las jambas de la puerta de entrada y sobre esta puerta, y a ambos lados de las esquinas norte y este, sobre unos ocho metros de altura respecto al suelo, más el terciado en banda que también está reproducido solo en el centro de la fachada sudeste y algo más alto que los otros anteriores. Suponemos que tales escudos los mandase esculpir el famoso duque de Lerma, primero y único Adelantado por la Mitra Toledana después de la reivindicación del Adelantamiento a la misma, sobrino del Cardenal Sandoval y Rojas. El escudo terciado en banda corresponde, a nuestro juicio, a las armas de la Casa Sandoval, y el escudo con media luna invertida, aunque muy sintetizado, a las armas de la Casa de Lerma.

Por el “Licenciado Pedriza”
Boletín del Instituto de Estudios Giennenses

Comentarios

  1. Este debe ser el castillo que veía de pequeño desde mi casa en Gran Eje. Un abrazo. Antonio (Zaloette)

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Dejame tu comentario