La Hermandad del Rocío del Barrio de la Macarena de Sevilla visita Cazorla y su Sierra

Paseo por el Río Cerezuelo

Bóveda de la Plaza Santa María

Los días 23 y 24 de enero del pasado mes, la Hermandad del Rocío del Barrio de la Macarena de Sevilla, con cerca de 70 personas, visita Cazorla y su Sierra. La mayoría desconocía estos parajes – ¡como desgraciadamente desconoce uno tantas cosas…! y una de ellas fue la bóveda de la Plaza de Santa María, que por gentileza del teniente alcalde Diego Navarrete, pudimos disfrutar de su magnifica ruta por las entrañas y cimientos de la iglesia de Santa María, ruta que iniciamos desde el puente de la Villa Turística, remontando por su paseo el río Cerezuelo, hasta desembocar en la antigua fábrica de la Luz.

Castillo de la Yedra

Torre del Homenaje

Disfrutamos también de una visita guiada al castillo de la Yedra o de las Cuatro Esquinas y a su museo de artes y costumbres "Alto Guadalquivir". Consta de dos partes muy diferenciadas: la sección de historia y la sección de Artes y Costumbres, la primera está ubicada en la Torre del Homenaje la cual es la zona más noble de toda la fortaleza y también la más meticulosamente construida, con mayor riqueza de materiales y con más esmero arquitectónico. Consta de tres estancias: en la primera sala se ha instalado una capilla con un Cristo románico-bizantino de tamaño natural montado en cruz de madera de ciprés, doce pinturas anónimas (Siglo XVII) que representan a los Apóstoles y una talla barroca del obispo San Ambrosio.

Cristo románico-bizantino

Sala de armas

La segunda planta o sala de armas está decorada con panoplias en forma de escudo con diversas armas: espadas, ballestas, hachas., dos armaduras y arcones tallados, así como mobiliario de los siglos XVI y XVII. La tercera planta o sala noble, es la que arquitectónicamente más destaca por su terminación en una bóveda de crucería gótica y sus ventanales de arcos apuntados con parteluz, también gótico. Está decorada con tres tapices flamencos del siglo XVII, firmados por Ian Raes y cuatro bargueños formando conjunto con sus correspondientes mesas del siglo XVIII.

Paso del Aire

Puerto de las Palomas

Después de una buena comida en Cazorla, nos dispusimos a adentrarnos en la Sierra de Cazorla, camino a nuestro lugar de pernocta en Arroyo Frío, eso sí, haciendo un alto en el Paso del Aire para tomarnos una merienda y disfrutar de este hermoso paraje de la serranía. Desde su balcón, pudimos asomarnos y contemplar el mar de olivos que se pierde en la lejanía, entre numerosos pueblos y las primeras estribaciones de Sierra Mágina, lugar que se encuentra a unos 1200 metros de altitud.

Río Guadalquivir

Salto de Linarejos

A la mañana siguiente nos preparamos para contemplar las bellezas bravas e imponentes que atesora ese inmenso macizo, cuyo vientre fecundo alumbra las aguas del que llaman –rey de los ríos- y es portento arbóreo y relieve forestal de primera magnitud. La visita fue corta; más que corta, rápida, urgente. Aquellos parajes exigen días, meses, quizás hasta años, para conocerlos y amarlos; para escudriñar en sus secretos legendarios; para soñar entre sus bosques con las horas ya remotas del Descubrimiento de las Indias, cuando las naos se armaban merced a la madera que río abajo, en una sirga interminable, enviaba, hacia los astilleros onubenses, la Sierra de Cazorla.

Paseo Cerrada del Utrero

Por la ruta de la Cerrada del Utrero

La impresión que tuvieron que sufrir al descender hasta la ruta hacia el puente de la Cerrada del Utrero, fue extraordinaria, sobrecogedora. Aquellos paredones de roca dibujada por el pasar de los años, que se estrechaban en su angostura, formando un cañón inmenso que estrangula y amansa al Río, producen una sensación de infierno dantesco, en esa fila de almas que se adentraban por sus paredes y eran arrastradas inexorablemente al vértigo de ese primer remanso de agua en la presa, y ese ruido ensordecedor cuando se precipita en cascada blanca desde el salto de Linarejos.

Hermandad del Rocío, barrio de la Macarena de Sevilla

Mientras sea Dios servido de concederme la ocasión, seguiré recibiendo con los brazos abiertos a todos aquellos que quieran conocer este rincón de Andalucía. Aprovecho la ocasión desde este artículo para dedicárselo a todos aquellos que asistieron a este viaje por tierras cazorleñas y alzar mi voz para gritar: ¡Viva la Virgen del Rocío!

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