Los verdaderos Ritos de La Tragantía

Pasacalles pirotécnico
La noche de San Juan que se celebraba en Cazorla, no descubría a primera vista el origen mítico que puede rastrearse en su versión sespiriana - El sueño de una noche de verano – donde lo enigmático irrumpe en lo cotidiano a través de un juego de amor. Las últimas apariciones de seres fabulosos quedaban a la vuelta del siglo, y no eran nada folclóricas, aunque si tenían un motivo erótico. Se trataba de un respetable burgués que se dirigía a una cita clandestina.
Camisetas y hervidero de color
Para alejar inoportunos testigos de la calle, se había disfrazado de fantasma con una sabana, a la que daba impresionante altura al cernedero de la artesa. Esta manifestación y conducta, me parece absurda si la juzgamos estupidamente desde nuestro punto de vista, que no es otro que el que toma el hombre de hoy para opinar sobre el pasado: pero el procedimiento era eficaz y en el espíritu del pueblo aún quedaba un atávico resto de receptividad para lo oculto, sorprendente y misterioso del que se aprovechaban algunos desaprensivos oscurantistas.
Calor y humo en la fiesta
Por aquellos tiempos, la noche de San Juan tenía plena vigencia en las costumbres cazorleñas. La gente del pueblo, e incluso los burgueses que se ensabanaban, practicaban las ceremonias tradicionales con el vago sentimiento de que obedecían a alguna ignorada razón de ser. Era una creencia que se había quedado a la zaga del pensamiento adelantado de la época. La investigación científica llegó a la conclusión definitiva de que los mitos no ocultaban ningún secreto.
Grupo de danza
Según algunas teorías, estaban fundados en un hecho histórico, eran productos deducidos de la observación de los fenómenos naturales por mentalidades primitivas, o se trataban de prácticas supersticiosas acuñadas por una humanidad a la que se situaba en los más bajos niveles de la evolución. Actualmente un criterio parecido es el del pueblo, cuando recogía información para redactar este bosquejo, nadie puede hacerme pensar que esas cuestiones no dejan de ser patrañas y tonturas. El espíritu popular ha tardado varios decenios en llegar a las posiciones que ocupaba el pensamiento del siglo XIX.
Caminar de almas por el río
Todo ello conlleva a un cambio de actitud que vuelve a dejar retrasado al pueblo respecto a lo que se piensa en los confines de su presente. Ahora se considera a los mitos como símbolos que abren perspectivas de la realidad y niveles espirituales que de otra manera serían inaccesibles, y se intenta trascender sus formas absurdas hacia el sentido a que apuntan. Según la teoría de Jung, los mitos se alojan en las profundidades del inconsciente colectivo, por el que nos ponemos en relación con nuestros prehistóricos antecesores y su actitud ante el mundo y la vida; lo que parece replantear sobre bases científicas los ritos milenarios del culto a los muertos.
Mágico espectáculo
Como decía Shakespeare con genial anticipación, - esas extravagantes fantasías, que ven más allá de lo que la razón puede percibir -, quizás dan testimonio de que hay en ellas algo más que fantásticas imaginaciones. Según el profesor Krappe, los mitos son vanas fantasías de origen popular o culto, que ya – perecieron bajo el martillo de los grandes racionalistas del siglo XVIII, y no los resucitarán las estratagemas del oscurantista ni del demagogo –. Pero siempre hay que tener cuidado en todo esto de la demagogia, pues cuenta la leyenda sobre Homero, que se murió de rabia porque no pudo descifrar el acertijo que le propusieron unos niños. Por lo visto es una faena que encierra sus peligros…
Música y danza a la luz de las antorchas
Y es que la noche de San Juan también es un enigma en el que interviene niños; y aunque no sea mi intención resolverlo, lo único que puedo afirmar es que no pereció bajo el martillo de los grandes racionalistas, sino a consecuencia de una disposición municipal. Mientras que la fiesta nocturna del solsticio de verano, que enciende por todo el dominio indoeuropeo el fuego serpenteante de las primitivas hogueras rituales, ya se celebraba en Cazorla con modalidades húmedas. La gente del pueblo, bien provista de cubos de agua, salía a la calle o se apostaba en balcones y portales para arrojarla, con apacible indiscriminación, sobre todo aquel transeúnte que se pusiera a tiro. Para que acabase con los excesos acuáticos se nombró Delegado de Orden Público a un concejal de cuerpo menudo, pero de gran genio.
Fuente de las Cadenas
Pero no fue bastante. Precisamente cuando se encontraba en el ejercicio de su misión, recibió de lleno la impetuosa ola que alguien desencadenaba contra su autoridad con todo el entusiasmo que requería el trance. Al parecer la cosa estaba muy dentro del espíritu orgiástico de la noche de San Juan, pero el Ayuntamiento no le dio ese sentido ritual ni oficial a dichos remojones y en una inmediata sesión municipal se tomó el drástico acuerdo de cortar el agua de las fuentes durante esa noche.
La riqueza de las máscaras
Fueron así como desapareció el último vestigio de una milenaria tradición, donde a medianoche, los cazorleños se obsequiaban mutuamente con aspersiones que daban buena suerte, y chapoteaban, para esparcirla, en el agua de los pilares. Las muchachas se lavaban la cara para - ponerse más guapas -, o adquirir tan esencial cualidad las que de ellas carecían; abluciones que también mantenían la frescura y elegancia de la tez, de la que eliminaban granos, eczemas y arrugas inoportunas. Pero creo que era algo que debería ocurrir y me parece muy en su punto que se hayan quedado silenciosas las fuentes de la Tragantía, después de todo el agua no es más que agua, por mucho que se empeñen en encontrarle resonancias los mitos, los poetas y los artistas.
La figura de la Muerte
La muchacha que deseaba casarse, echaba al fuego un alcacil, de donde lo sacaba una vez ligeramente chamuscado para ponerlo debajo de la cantarera; si al despertar había florecido, la chica se casaba dentro del año. También podía utilizar el procedimiento de poner debajo de la almohada una vaina de haba con siete semillas; tenía la virtud de producirle un sueño en el que se presentaba el hombre con quién se casaría. Para conocer las circunstancias personales del futuro marido, el rito era más complicado. La muchacha tenía que desnudarse en el cuarto de amasar, donde pasaba varias veces los cedazos colmados por el cernedero; las figuras que dibujaba la harina en la artesa, indicaban la condición del hombre a quien esperaba.
A la luz de la hoguera
Pero sin duda uno de los ritos más interesantes de esta serie proviene de Eduardo Aivar, - el Chiquito del Huerto -; un viejo que con sus cien años a cuestas debía tener una buena provisión de recuerdos. Comentaban los mayores del lugar, que este decía que cuando una chicuela con ganas de casarse quería conocer su suerte, se quedaba desnuda en su dormitorio a oscuras; tras encender dos velas, y con una en cada mano se miraba a un espejo. Si la luna reflejaba en lugar de su imagen la del diablo, tenía tan seguro el casamiento como si ya se hubiese consumado.
Espectáculo dedicado a La Tragantía
Las hogueras que se encendían en Cazorla con motivo de alguna festividad en los comienzos del año, corresponden por su origen a las que iluminan sin aparente propósito la noche de San Juan en todo el dominio indoeuropeo: descienden del rito de la renovación del fuego, que presidía el nacimiento de un nuevo ciclo. Por lo que respecta a las encantadas, la circunstancia de que ofrecieran frutas que no pertenecían a la estación, las acerca a la noche del solsticio estival, que es cuando aparecen en otras tradiciones comarcanas. Las resume además la fascinante Tragantía, que en uno de sus aspectos es también una encantada.
Danza vertical sobre el castillo de la Yedra
Espero que ahora no parecerán tan absurdas ni tan primitivas las supersticiones de esta noche de San Juan; se basan en el mismo estado de ánimo que domina como una psicosis a los hombres actuales. Solo ha cambiado la creencia desde la que se asume la vida; bajo el martillo racionalista se forja el mito de la renovación felicitaria, en la especie de un mundo sin tensiones, planificado y uniforme. Ocurre sin embargo, que la felicidad, sea cualquiera el nivel donde se presente, también tiene un costado sombrío. Era el que mostraba a los niños la noche de San Juan, que, al margen de sus maravillas, se sentían amenazados por la sombra reptante de la Tragantía. Pero el tema requiere otro esbozo.
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Desde este artículo quisiera felicitar el incansable trabajo de Manuel Molina, como director, y de Mario Olivares, como técnico de juventud, y a todas las instituciones se han volcado con un evento en continuo crecimiento, así el Ayuntamiento de Cazorla, la Delegación Provincial de la Consejería de Cultura, la Diputación Provincial y la ADR 'Sierra de Cazorla' siguen uniendo esfuerzos para que el mito siga vigente año tras año.

Comentarios

  1. Aparte de las escenas en sí, que cada una tiene su belleza, me ha encantado el tratamiento.

    Un abrazo.

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  2. Uns forma muy curiosa de celebrar la noche de San Juan, los disparos muy originales.
    Un abrazo

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  3. Muy buenas fotos, que bien que compartas con nosotros esta faceta de Cazorla, la mítica, enigmática y con tanta cultura ancestral que aun se conserva en sus habitantes, que bueno presenciar todo eso.

    Saludos amigo

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  4. Preciosas tradiciones, y un reportaje fantastico, de esa fiesta que sabeis celebrar y disfrutar.
    Siempre que vengo por aquí me alegro, me encanta.
    Un saludo.
    maru

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  5. muy curiosa esta fiesta de tu pueblo abraham, se vé que estas muy ilustrado sobre la historia,contumbres,entorno,etc.
    felicidades por este blog, es magnífico, ah una cosa aprobecho para decirte que tenemos programado un viaje el grupo de familias que viajamos a china,durante el mes de octubre(no sabemos que finde) a cazorla.supongo que sería el del pilar, me gustaría que me aconsejaras un alojamiento para unas 20 a 24 personas con niños y todo,noche del sábado y del domingo, ya me dirás,

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  6. Qué alegría, Abraham, pasar de nuevo por aquí, y empaparse de tus estupendos reportajes, tan bien documentados.
    Creo que los extremos, siempre son desaconsejables. Eran exageradas (pienso) las supersticiones de antaño, pero tampoco es bueno (pienso) ser tan escéptico y no creer en nada, como ocurre en la actualidad. Desde el momento en que la vida misma, es un misterio, todos los demás ritos y creencias que existen desde que el mundo es mundo, pienso que no está de más recordarlos y conservarlos. Y la noche de San Juán tiene algo especial, ya que acaba un ciclo, para comenzar otro, y nosotros pertenecemos a este ciclo, que en definitiva es la vida y la muerte.
    Por cierto, el año pasado me comentaba mi hija que le dijeron en el instituto, que si se ponía esa noche con un par de velas frente a un espejo, se le presentaba el demonio. ¡¡Estaba aterrorizada!!. Yo me reí de ella, pues nunca lo había oído, pero mira por dónde, forma parte de una creencia ancestral ¿quizás de Cazorla?.
    Me ha encantado todo lo que nos relatas.
    Veo que después de las vacaciones, vienes con las energías renovadas.
    Espèro que hayas disfrutado mucho de tus días de descanso.
    Un abrazo.

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  7. Abraham, si que he estado en Cazorla, desde el 14 hasta el 24, volvi ayer... no sabia como localizarte, aunque descubri un articulo tuyo en la revista de Cazorla, gracias a un empleado del hotel donde me aloje... "Coto del Valle"... sobre el Monasterio de Montesión... hicimos senderismo... en breve publicare en mi blog... las fotos y mis impresiones sobre tu bella tierra...
    Volvere en Enero... con el frio... quedaron muchas cosas por ver.
    Un abrazo.

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  8. Hay que ver la cantidad de mitos, misterios y embrujos que conforman la historia y la tradición popular. No conocía éstos de tu pueblo, parece que muy bien documentados. La religión y la política han hecho, a lo largo de los siglos y en todas las culturas, que hechos y situaciones aparentemente sencillos se hayan convertido en oscuras, inquietantes e intrigantes historias, transmitidas porla tradición popular.
    Has hecho un gran trabajo. Las fotografías son muy bellas. Felicidades.

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  9. Gracias por amplificar un trabajo lento, paciente, distinto e incluso de fiesta pagana con pequeños y mayores juntos compartiendo vivencis, tiempo; juntos..Es uno de los mejores ejemplos de que la tradición puede ser actualizada.
    manuel

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