Las casas y callejas de Cazorla

Calle José Salcedo Cano

Cazorla, con sus calles empinadas y retorcidas, y sus casas que parecen apelotonadas en un mosaico paisaje de tejados árabes, nos deleita con bellas estampas, si la paseamos con tranquilidad y nos fijamos en esos pequeños detalles que se nos escapan por la celeridad de nuestra vida.

Calle José Salcedo Cano

Yo, que de siempre he sido aficionado a la pintura paisajística, me detengo a observar esos rincones con las paredes pintadas de cal y su relieve de sombras cuando el sol pega de lleno en las fachadas, y me gusta sobre todo mirar las casas desde lo más alto del pueblo, y uno se da cuenta de que son primitivas, humildes y típicas a la vez, propias de la casa de un pueblo español y andaluz.

Barriada de la Hoz

Dada su topografía, las calles y casas cazorleñas, tienen la necesidad de amoldarse al medio y se unen y apoyan unas con otras, formando rarísimos volúmenes. En su construcción se usa el muro tapial, el adobe, la mampostería y más raras veces el ladrillo, aunque actualmente casi todas las construcciones lo llevan.

Solar Bajo

El muro aísla tanto del frío como del calor, pero son materiales no muy adecuados para el clima tan húmedo como el que tiene Cazorla, aunque la cal le da a sus fachadas una capa impermeable a la vez que rechazan el sol fuerte del verano y no dejan que el calor penetre por sus muros.

Plaza Santa María

Si divisamos Cazorla desde lo más alto, podremos ver como los tejados de sus casas son de teja árabe y diferenciaremos perfectamente la antigüedad de los mismos por su color y la pátina que adquieren con el tiempo, dándole una mayor calidad y haciéndola más impermeable.

Plaza de la Corredera

Antiguamente, una de las características más importantes de la casa cazorleña era la construcción de sus balcones con barandas de madera, ocupando casi toda la fachada, como vulgarmente se le conoce como balcón corrido, protegido con un tejadillo y atravesados por algún que otro parral. Pero estos, poco a poco, han sido sustituidos por barandas de forja, cuyo mantenimiento es menos engorroso y costoso.

Calle Francisco Martínez

Como suele suceder en toda población, en el centro de esta ciudad las casas suelen ser más esbeltas, más palaciegas y por tanto mucho más grandes, pero también pierden su carácter andaluz; cambia su construcción, que ahora es de mampostería y como elemento importante y característico, se encuentra el mirador que puede decirse que es la típica terraza pero cubierta a cuatro aguas y sostenida por pilares de madera, aunque de estos resisten bien pocos.

Calle del Carmen

Por ultimo, la arquitectura religiosa también es notable desde lo más alto del pueblo, apreciándose como grandes naves de tejas y torreones. Nos damos cuenta que sus materiales suelen ser pobres: fabricas de piedra toba o tapial, unas con un sistema de construcción mudéjar y otras con un estilo netamente renacentista, donde podemos ver una clara similitud a las iglesias de Úbeda y Granada.

Pasaje de Calle Santa María

En resumen, diremos que las calles y casas de Cazorla son más andaluzas cuanto más humildes son, tanto en su exterior como en su interior, pero solamente en su aspecto. Pero cuando la casa se hace más grande y alta pierde ese andalucismo para coger formas del norte y conceptos manchegos, aunque siga despistando sus fachadas de cal.